SAN GREGORIO Y LA
“BENDICIÓN DE TÉRMINOS” O “BENDICIÓN DE LOS CAMPOS” EN LA PUEBLA DE CASTRO.
9 de Mayo día de SAN GREGORIO OSTIENSE.
La “Bendición de Términos” o “Bendición de los Campos” es un rito religioso anual que tiene por objeto solicitar la ayuda divina, por la intercesión de San Gregorio, para que los vecinos del pueblo tengan buenas cosechas. A San Gregorio Ostiense se le atribuye poder sobrenatural para prevenir las plagas y garantizar la calidad de las cosechas.
La ceremonia se realiza el 9
de mayo, día de San Gregorio,
desde el pie de la diminuta ermita de
San Gregorio.
San Gregorio en La Puebla de Castro. Año 2013. Autor de la foto: Miryam Miguelez Fernandez |
Describamos el monumento: grueso pilar
con hornacina que guarda la imagen del Santo, mirando al norte, protegido por una
reja. Delante, un pequeño altar para ofrendas y la celebración de la misa. Encima,
cubriéndolo todo, un tejado a cuatro aguas, sobre cañizos, sostenido por cuatro
troncos, uno en cada esquina. Desde este cerro, atalaya del Torrocón, se contempla buena parte del
término municipal de La Puebla de Castro. Coordenadas
UTM: 31 T 0276717 y 4670824.
Panorámica desde San Gregorio. Autor de la foto: Pedro Bardaji Suarez |
Sobre la hornacina hay un letrero
con la siguiente leyenda: “Este pilar,
según la memoria popular, fue dedicado a San Gregorio en la segunda mitad del
siglo XIX, para que protegiera de las plagas y pestes a las vides. Reconstruido
por 1ª vez en la década de 1940, en 1998 un grupo de voluntarios deciden
restaurarlo con el propósito de contribuir a la conservación del patrimonio
cultural. La Puebla de Castro. Julio 1998”.
Cartel colocado sobre el Pilar de San Gregorio. Foto facilitada por Mosén José Mairal |
Efectivamente, en 1998 un grupo
de vecinos voluntarios, autodenominados “LA
BRIGADA SAN GREGORIO” llevó a cabo la restauración del pilón, dejando el
recinto como lo conocemos ahora. En su origen esta Brigada la constituían: Anselmo Burrel Trell, José Noguera García, José Vicente Cosculluela (José Vicente
del Sastre), Ramón Espuña (Ramonito
Nacenta), José Francisco Soriano Rausa,
Roberto Soriano Rausa, Andrés Terenti Ferrer, Manuel Garuz (Manolé de Gul), José
Nacenta (el Ferrero) y José Vicente
Torres Perera (el alcalde). Posteriormente se les unieron otros vecinos y
simpatizantes: Manolo Burrel Mur, José Antonio Oncino, Antonio Ortiz de casa el Triguero, Mariano Sánchez y Mariano Ciutad Vilas (Mariano del Cortante).
"La Brigada San Gregorio" en plena faena de restauración y construcción. Sobre el tejado, José Noguera García. Año 1.998. Autor de la foto: Anselmo Burrel Trell |
Todos los años, unos días antes del día de San Gregorio,
un grupo de “La Brigada San Gregorio”, se acercan a limpiar y preparar el
terreno para la celebración.
El día 9 de mayo por la tarde, los vecinos van llegando al lugar de
forma libre, unos a pie y otros en vehículo. Una vez reunidos se celebra misa campestre y a su término el
párroco procede a bendecir los campos a
los cuatro puntos cardinales.
Haciendo clic sobre la imagen siguiente pueden ver la “Bendición de
Términos” o “Bendición de los Campos” que realizó Mosén José Mairal Villellas el
9 de mayo de 2009 y de 2010:
El encuentro termina de forma festiva compartiendo torta y vino entre
los asistentes, gentileza de la Sociedad de Cazadores San Roque de La Puebla de Castro.
A continuación pueden ver una selección de fotos de la historia de la restauración de
San Gregorio y de la celebración del día 9 de Mayo tan señalado para los Pueblenses y
de tanta tradición, en los años 2009 y 2010:
La imagen original de San Gregorio, de madera, que se veneraba
desde que se levantó el pilón del Torrocón allá por la segunda mitad del mil
ochocientos, fue mutilada durante la Guerra Civil, por suerte se salvó de la
quema a la que fueron destinadas la mayor parte de las imágenes religiosas del
pueblo. Mariano Ciutad, el padre del
actual Mariano Ciutad Vilas de casa del Cortante, la conservó llevándola atada
al arado tirado por caballerías que empleaba para realizar las labores del
campo, de este modo evitó que se perdiera. Esta talla se restauró en el año 2000 por indicación de Mosén José Mairal, se
la trató contra carcoma y otros parásitos y se le colocó una nueva cabeza.
Actualmente se expone sobre la calajera,
en el Coro de la Iglesia Parroquial de La Puebla de Castro.
Imagen de San Gregorio sobre la Calajera situada en el Coro de la Iglesia Parroquial de La Puebla de Castro. Autor de la foto: Pedro Bardaji Suarez. |
Talla original de San Gregorio de la segunda mitad del siglo XIX. Tras su restauración en el año 2000. Autor de la foto: Pedro Bardaji Suarez. |
Imagen original de San Gregorio de La Puebla de Castro. Antes y despues de la restauración realizada en 2019 por Javier Lafuente Marco y Mª Elena Marco García. Autor de la foto Pedro Bardají Suárez. |
La imagen actual de San Gregorio fue donada en la década de 1940 y ha sido restaurada el año 1998.
Autores de las foto: Anselmo Burrel Trell y Miryam Miguelez Fernandez |
BIOGRAFÍA DE SAN GREGORIO OSTIENSE
Fuente: catholic.net.
Nacimiento:
Italia, en fecha desconocida. Muerte: 9 de Mayo de 1044. Logroño (España).
Son bastante confusas las
noticias que tenemos sobre este santo muy venerado en las tierras de Rioja y
Navarra.
Se le conoce como abad del monasterio de san Cosme y san
Damián, en Roma.
El papa Juan XVIII lo hace obispo de Ostia y luego lo eleva al cardenalato, pasando a ser Bibliotecario Apostólico, puesto que
mantuvo durante cuatro papados. Participa en el gobierno de la Iglesia, tomando
parte en asuntos arduos y complicados de política exterior al tiempo que
procura no descuidar el ministerio pastoral.
Parece ser que vino a España en la primera mitad del siglo
XI, como Legado Papal ante las Cortes de Burgos y Pamplona. Muy
probablemente tuvo que ver su envío desde Roma con las cuestiones relativas a
la organización eclesiástica de España en una coyuntura en la que se hacía muy
necesaria la determinación de los límites de las diócesis que era origen y
fuente de numerosos conflictos y no sólo por interferencias de jurisdicción
episcopal, sino también por la pertenencia a distintos soberanos. Ello
conllevaba negociaciones con los reyes y con los obispos interesados, y para
esa labor hacía falta un hombre con tacto político y gran sentido eclesial.
Era asunto difícil y espinoso por
los muchos intereses que encerraba era la delimitación de la diócesis de
Valpuerta cuya extensión perteneció en gran parte a la desaparecida diócesis
visigoda de Calahorra y que llegó a perdurar hasta el 1086, después de la
muerte del santo, fecha en que quedó incorporada a Burgos (Campus Castellae)
que absorbió en torno a sí a todos los obispados circundantes.
También en el sur de Pamplona, en
torno a Nájera, erigen los reyes Santa María la Real como panteón real. Ya
había aparecido la figura del Nagalensis o Navarensis o Nazarensis episcopus
desde el 925, abarcando las fronteras diocesanas hasta territorios que
interfieren Valpuerta y Alava, amén de ocupar toda la Rioja, donde habían
proliferado, durante los tres siglos de dominación musulmana, y con la ilusión
de ser cada una la continuidad de Calahorra, las diócesis de Albelda, Castella
Vetus, San Millán de la Cogolla y Nájera, cuya historia constituye una
verdadera maraña, complicada aún más todavía por la presencia de prelados
auxiliares u honorarios hasta que se reconquistó Calahorra, en el 1046, y
recuperó su antigua capitalidad, aglutinando a las mencionadas.
No siempre dieron buen fruto, o
el fruto apetecido, las negociaciones del Legado, pero sí que pudieron hacerse
sin discordias entre los reyes y sin enfrentamientos entre los obispos y, desde
luego, sentaron las bases para que la obra trascendiera al gestor.
Gregorio no olvidó nunca lo
principal de su persona, el ejercicio del ministerio sacerdotal. Predicó en
Calahorra y Logroño entre otras poblaciones de la Rioja y Navarra, destacando
en sus pláticas la necesidad de conversión y penitencia. Parece ser que esta
fue la ocasión en que santo Domingo de la Calzada vivió algún tiempo en su
compañía, sirviéndole de paje.
Se cuenta que en cierta ocasión libró los campos riojanos de una plaga
de animalitos, y por eso le invocan los agricultores de una manera especial
contra la langosta.
Vivió alrededor de cinco años en España. Agotado y enfermo se
retiró a Logroño donde parece que murió alrededor del año 1044; pero su cuerpo
se venera en la iglesia de san Gregorio de Pinave, entre Viana y Logroño.