Notas sobre
mis conversaciones con Manolé de Gul. Año 2014
Publicado en el Libé de las Fiestas de La Puebla de Castro del año 2014.
Fotografías de Manolé de Gul y otras referenciadas a su autor.
Autor del artículo: Pedro Bardají Suarez
Autor del artículo: Pedro Bardají Suarez
Manuel Garuz Suils ''Manolé de Gul'' |
INDICE
- Introducción
- Nacimiento y Familias de Origen
- Niñez y Adolescencia. La Guerra Civil y la Post Guerra
- Los primeros trabajos fuera de casa
- Falangista con 22 años
- Al frente de Casa Collada, la Casa Industrial
- Muere su madre y sale a correr mundo
- Funda su propia familia
Para escuchar la entrevista completa, leída por Miryam Miguélez Fernández, clicar sobre el reproductor siguiente:
1 - INTRODUCCIÓN
Hay personas superdotadas en lo intelectual y Manolé lo es en lo emocional. Su capacidad de encajar los golpes de la vida, de levantarse tras un fracaso, recuerda al junco que se inclina pero no se rompe, al ave fénix que renace de sus cenizas. La propia enfermedad, las decepciones en las relaciones personales, la muerte de seres queridos, los fracasos empresariales, no le parten ni le detienen, renace con más ganas, con un nuevo proyecto rebosante de ilusión contagiando a quien se le acerca. Hoy en día, ante las contrariedades, Manolé se dice a sí mismo: “¡¿Que es esto para ti, un mocetón de 80 años?!”.
Defensor de su pueblo y de las tradiciones,
lector inquieto, socialmente siempre dispuesto a colaborar en actos
comunitarios, con una sonrisa y palabra amable para todos, trabajador sin
límite, emprendedor empedernido y amante
de la fiesta y de la juerga como el que más.
Se
sabe el nombre de todos los críos del
pueblo, lo ha hecho siempre, les bromea, juega con ellos y los sube al Land Rover descapotable
para darles una vuelta por el pueblo, acelerando y frenando sorpresivamente,
como en una atracción de feria, para disfrute y algarabía de la chiquillería.
Los recién llegados al pueblo o a la urbanización, ya sean de otras regiones o del extranjero, han encontrado en Manolé el vínculo familiar que les ha ayudado a integrarse. Les ha visto llegar, les ha acogido, asesorado, conectado con personas y recursos. Y si necesitaban leña, si fiemo para el huerto, si un remolque para transportar escombros…, ahí encontraban dispuesto a Manolé.
Los recién llegados al pueblo o a la urbanización, ya sean de otras regiones o del extranjero, han encontrado en Manolé el vínculo familiar que les ha ayudado a integrarse. Les ha visto llegar, les ha acogido, asesorado, conectado con personas y recursos. Y si necesitaban leña, si fiemo para el huerto, si un remolque para transportar escombros…, ahí encontraban dispuesto a Manolé.
Popular como un artista de cine, por
donde pasa es aclamado, “¡Manolé, Manolé…!”,
si te descuidas es él quien llega sonriendo a saludarte, “¡Hola amigo, cómo estás, cuanto me alegro de verte…¡” Trata con
igual naturalidad y respeto a los personajes de relieve como a los más
humildes. Con esa misma naturalidad reconoce los méritos ajenos y los
manifiesta verbalmente.
Para
las mujeres tiene el piropo a punto,
fino, halagador, si hay un grupo de ellas, a cada una le llega el suyo y todas
contentas con la lluvia de flores.
En misa igual hace de sacristán que de
monaguillo; cuando pasa la bandeja, discretamente te hace sentir que se alegra
de verte. En los actos culturales, en las verbenas, en las comidas populares (Romería
de Castro, foguera y subasta de San Antonio, fiestas del pueblo…) ahí está
Manolé, a pie de obra, colaborando, sirviendo y disfrutando del acto, del
encuentro y del folclore.
Gran conversador y contador de historias
con las que mantiene viva la memoria de nuestros antepasados. A su lado pasas
de lo mundano a lo divino, de la visión localista a la universal, aliñando sus
narraciones con una pizca de sal y picardía. Es un hombre espiritual, lee mucho
y reflexiona. Ahora anda en temas de higienismo, producción agrícola ecológica
y alimentación sana.
En los negocios, el entusiasmo genuino que
le caracteriza le ha jugado más de una mala pasada. Tanta fuerza idealista,
focalizar el resultado exitoso minimizando los riesgos le ha hecho tropezar.
Tropezar, pero no renunciar, porque de los fracasos Manolé renace con altura de
miras, aventurándose ilusionado a un nuevo proyecto.
Manuel Garuz Suiles en la puerta de su Chalet de Graus. Año 2014. Autor de la foto: Pedro Bardaji Suarez. |
Manolé de Gul es un hombre vitalista en toda la extensión del término; sabe disfrutar de la vida. Ahora vive en un chalet de lujo en Graus, rodeado de confort, pero se sentía igual o más feliz cuando habitaba en su vieja granja, junto al puente “El Pino”, con vistas al pantano de Barasona, austero como un ermitaño.
2 - NACIMIENTO Y FAMILIAS DE ORIGEN
Nacio
el 15 de diciembre de 1933 en Casa Gul y fue bautizado con el nombre de Víctor Manuel. Su madre, Felicidad Suils Carmen, de Casa Collada, vino a casarse a
Casa Gul. Era la mayor de los 5 hijos (Felicidad, Matilde, Santiago, José y
Juan) que tuvieron el matrimonio Matilde Carmen Olivera (natural de Casa
Manonsanz de Salas Bajas) y Jose Suils Gros (hijo de María Gros Subias y de
Jose Suils Angusto “el republicano” natural
de Liri).
José Suils Gros (abuelo materno de
Manolé) cantaba en el Coro de la Iglesia con voz recia de barítono, junto a
Manuel Más de Casa Pocino, acompañados al órgano por José María Mur Almeida de
Casa Juan Antonio. José Suils, hombre de derechas, recto, de firmes valores
católicos, que amonestaba al Sacerdote si flexibilizaba sus costumbres y no
tenía reparo en ponerlo en conocimiento del Señor Obispo, permitió que su hija
mayor Felicidad se casara con Manuel Garuz Asin, un rojo. Así eran las cosas en
La Puebla de Castro antes de la Guerra Civil. José Suils fue miembro de La Fraternidad Pueblense y su padre,
tesorero, su futuro consuegro Manuel Garuz Torres también era miembro de la
Fraternidad y el padre de éste, Manuel Garuz Palacín, ocupo los cargos de
Presidente y Secretario de la misma. Por encima de las ideologías, del bien
personal, la Fraternidad hacia posible el respeto, la concordia, la hermandad,
la búsqueda del beneficio común “el pueblo unido por el bien del pueblo”. Felicidad
y Manuel se querían y se respetó su amor.
El
día 1 de Abril de 1933 fue un día grande en Casa Gul, celebraron la boda conjunta de los dos hijos de la
casa, Manuel y Alegria Garuz Asín. Felicidad, madre de Manolé, vino a quedarse,
se casaba con el hijo mayor, el heredero. Alegría contrajo matrimonio con José
Nacenta Castarlenas de Casa Escanilla, apodado “rosichón” o “el ros” por ser
pelirrojo; tras una temporada llevando el Bar de Casa Collada terminaron
viviendo en la casa rebautizada como Casa el Ros donde regentaron el legendario
“Café del Ros”; tuvieron tres hijos, Alegrieta, Pepito y Esther.
Al nacer, Manolé encontró en Casa Gul a cuatro personas, sus padres (Felicidad y Manuel) y sus abuelos paternos (”Yaya María” y “Yayo Manuel”).
Felicidad Suils, su madre, muy querida
en el pueblo, ejercía de enfermera, ponía inyecciones y ventosas. Manuel Garuz, su padre, un mozo de gran presencia y
fortaleza física, trabajador y de firmes convicciones políticas de izquierdas. María Asín Vidal (“Yaya María”), su abuela paterna, natural de
Casa del Zapatero, muy instruida y muy espiritual, había estado en Francia; junto
con su hermana Antonieta introdujeron el
Espiritismo en La Puebla de Castro, las sesiones las practicaban en Casa
Gul.
María
Asín Vidal ”Yaya María”, era la mediana de tres hermanos. El mayor, Manuel Asín
Vidal (Manolón del Zapatero) fue
sacristán de la Puebla, un virtuoso con los toques de campanas, dicen que las
hacía bailar, emigró a la Argentina donde dirigió las bodegas Arizú Godoy Cruz
en Mendoza. La pequeña, Antonieta Asín Vidal, casó con Ramón Sopena Sanmartín,
padres de dos hijas, Guadalupe y Antonieta (Guadalupe casó con Pedro Areste Mercadé y
tuvieron 2 hijos, Ramón y Pepi; Antonieta casó con Manuel Cobos Alba y tuvieron un
hijo, Manuel).
Yaya
María” estuvo casada con Manuel Garuz
Torres quien falleció a los pocos días de haber nacido su nieto Manolé. Fue
un héroe de la guerra de Cuba al que
en agradecimiento por sus servicios, en el año 1901, le nombraron primer
guardiacequiero del canal de Aragón y Cataluña (este honor lo recibió también
el Señor Juan de Casa Giral y Manuel Menal de Casa Menal).
Como
“Yaya María” sabía leer muy bien la contrataban en Casa el Cirujano para amenizar su negocio de comprar y
partir almendras. Leía en voz alta el
libro de “Las mil y una noches” al grupo de 20 mujeres que trabajaban
triando almendras. Un día, una de las mujeres, intentando coger buen sitio al
lado de la lectora, saltó por encima de las argaderas que tapaban el cubo y cayó
accidentalmente dentro. La pudo salvar Gregorio Salamero Raso de Casa Romeu,
que aguantaba mucho el tufo, pudieron encontrarlo en casa, llegó corriendo,
bajó al cubo y la sacó viva.
Volvamos
al momento del nacimiento, Manolé nació
sietemesino, para sacarlo adelante, su abuela María y su madre Felicidad
diseñaron una incubadora casera, se
trataba de un cajón de madera, forrado de lana de ganado, donde colocaban al
recién nacido, como a un “pollé”, flanqueado por dos botellas de agua caliente
cubiertas de tela de pana para dar calor sin quemar, tapando la caja con una
tela de alambre para protegerlo de los ataques del gato y próximo al calor del
fuego.
Pasados
los primeros meses críticos, Manolé se convirtió en un tragón. Creció rápido y
sano. Fue un niño despierto, inquieto. A los 4 años vino a hacerle compañía su
sonrosada hermanita Amelia.
3 - NIÑEZ Y ADOLESCENCIA. LA GUERRA CIVIL Y LAS
POST GUERRA.
Estalló
la Guerra Civil. Tres hombres de la familia marcharon al frente rojo, Manuel
Garuz Asín, su cuñado José Nacenta Castarlenas y su primo Pedro Areste Mercadé (Pedro
del Zapatero).
Manuel
Garuz, padre de Manolé, pasó por el frente de Madrid y Valencia. Al terminar la
guerra, sabedor de que no había matado a nadie ni podían implicarle en la
persecución de los curas y el fusilamiento del canónigo de La Puebla, creyó que
no sufriría represalias. Solo llegar al pueblo fue denunciado por varios
vecinos de derechas. Los valores de concordia, de respeto al diferente, con los
que La Fraternidad Pueblense
impregnaba la convivencia diaria fueron abrasados y olvidados al paso de la
Guerra Civil. Manuel fue detenido y encarcelado
en “Las Capuchinas” de Barbastro. Fue condenado a muerte. La intercesión de su
suegro José Suils unido a otros informes favorables sirvieron para conmutarle
la pena final a 3 años y medio que cumplió en dicha cárcel. Las desgracias se
sucedieron. Detuvieron y encarcelaron
también a “Yaya María”.
Convento
de Las Capuchinas de Barbastro. Foto publicada en el Blog de Daniel Valles
Turmo: http://caminosdebarbastro.blogspot.com.es/2014/01/barbastro-1779.html |
Felicidad, madre de Manolé, bajaba
todas las semanas a visitar a su marido y a su suegra. En una de estas visitas,
Manuel le entregó unos papeles para hacerlos llegar a los familiares de un
compañero preso que iban a fusilar. Fue registrada a la salida, le encontraron
los papeles y la acusaron de espionajes,
encerrándola en la cárcel de “Las Clarisas”, donde estaba su suegra María
Asin. Aquel día las horas iban pasando y Manolé, desamparado, no entendía por
qué su madre no regresaba, “¡¿Dónde está
mamá... dónde está mamá…?!” Felicidad tardó 7 meses y medio en volver a
casa, una eternidad para la percepción del tiempo en la mente de un niño. Sin padres, sin abuela, los niños Manolé y
Amelia fueron acogidos por los abuelos maternos en Casa Collada. A pesar del
amor infinito que recibían, Manolé pasó muchas noches llorando sin
consuelo. Cuando correteaba por las
calles con su fiel perro llamado “Noble” y veía a un adulto que consideraba
sospechoso, le decía al animal “¡corre Noble,
uno de derechas, hay que esconderse!” y escapan los dos.
Plaza Mayor y Calle Mayor de La Puebla de Castro. Años 50. Autores de la foto: Antonio Pascual Labarta e Ismael Pascual Torres. Publicada con autorización de la DPH. |
Con
6 años una imprudencia, un accidente doméstico, casi le cuesta la vida. Bebió de un porrón al alcance de su
mano sin saber que contenía sosa
para limpiarlo de posos. Por suerte paró antes de que el líquido llegara al
estómago. Los gritos de dolor, le abrasaba la garganta, llegaron hasta la
vecina Casa del Cirujano, alertando al médico D. Simeón Mozota Ortiz-Roldán que le
practicó los primeros auxilios. La sosa le quemó el esófago dejándole unas
lesiones de por vida que le han ocasionado más de un susto y el tener que ir
corriendo a urgencias por atragantamiento.
Carbonera. Foto de
Eugenio Monesma publicada en el libro labores tradicionales de Aragón editato por la DGA |
Por
mediación del Alcalde Cemeli dieron trabajo a Manuel Garuz Asín en la Central, como encargado de llevar el suministro a los ingenieros de las obras que
residían en la Casa Alta de la Central,
casa en la que había nacido el propio Manuel cuando su padre fue nombrado
Guardiacequiero del Canal en el año 1901 y habitó con su mujer en la misma. En
una de las entregas de suministro, a pocos pasos de la Casa Alta, le salieron al
paso un grupo de 8 ó 10 maquis,
armados hasta los dientes. Manuel les dijo que entendía y compartía su causa
pero acababa de salir de la cárcel y ayudarles supondría nuevas represalias
contra él y su familia. Se le quedaron cuantos alimentos y bebidas llevaba. Los
ingenieros denunciaron lo ocurrido en la Comandancia de La Puebla.
Camino de servicio y voladizos utilizados primero durante la construcción del Canal de Aragón y Cataluña y posteriormente durante la construcción de los Túneles de la carretera de La Central. |
Contextualicemos
este hecho. En octubre de 1944 varios miles de guerrilleros veteranos de la
Guerra Civil Española y de la Resistencia Francesa, reclutados en Foix y en
Toulous, Francia, y dirigidos por el Coronel Vicente López Tovar, iniciaron la
denominada “Operación Reconquista de
España”; consistía en una serie de ataques por toda la frontera Pirenaica
(Navarra, Huesca y Lérida) y un ataque principal por el Valle de Arán. Pensaban
que con las primeras victorias lograrían la desmoralización del Régimen, un
levantamiento popular y el apoyo de potencias aliadas invadiendo y aniquilando
al Régimen Franquista. La invasión fracasó. Numerosas partidas de guerrilleros
quedaron diseminadas por el Pirineo. La respuesta Franquista fue contundente,
había que terminar con estos focos de maquis. En cumplimiento de la misión, más
de 2.000 soldados se desplazaron y acamparon entre Estadilla, Graus y La Puebla.
Maquis en el Pirineo |
Documento obtenido en el archivo del Cuartel Militar del Bruc (Barcelona) en el que deja constancia de la muerte de 5 maquis a los que se dio sepultura en el Cementerio de La Puebla de Castro. Documento publicado por http://iuestadilla.blogspot.com.es/2013/10/visita-las-trincheras-del-cinca.html |
Retomemos
la adolescencia de Manolé, tenía 13 años cuando su padre enfermó de “fiebres maltas” (brucelosis). Siete meses
guardó cama. Dicen que no hay mejor maestro que la necesidad. Manolé tuvo que ponerse al frente de la casa,
haciéndose cargo de animales y tierras. Vicente Garrín contaba admirado que
había visto al mocé de Gul sembrar
garbanzos solo, faena que requería como mínimo de dos personas. Era cierto,
Manolé tiraba despacio de los dos burros, “Simón” y “Moro”, llevando una
capaceta de simiente colgada en “la esteban”, el mango del arado, esto le permitía
ir abriendo el surco y sembrando a la vez.
4 - LOS PRIMEROS TRABAJOS FUERA DE CASA
Nunca
le faltó tiempo para trabajar. Una temporada fue cortador de miel, como ayudante de Juan de Juan Sierra. Recorrían
pueblos como Ubiergo, Artasona, etc.
Canal de Aragón y Cataluña, detrás el Mon. |
Camino de servicio y voladizos utilizados primero durante la construcción del Canal de Aragón y Cataluña y posteriormente durante la construcción de los Túneles de la carretera de La Central. |
El
siguiente trabajo, la construcción de un acueducto
del Canal de Aragón y Cataluña en Estada, en sustitución de un tramo que a
menudo se reventaba por corrimientos del terreno. Por primera vez vio máquinas
de trabajo, de la empresa Agroman, y disfrutó de un trasporte mecanizado, una
“rubia”, coche de viajeros, que recogía a los obreros por los pueblos, los
llevaba al tajo y los devolvía al finalizar la jornada laboral. En las obras
ganaba dinero, se hacían amigos y, como luego se invitaban unos a otros a las
fiestas de sus respectivos pueblos, se creaban vínculos de hermanamiento
(Estadilla, Estada, Fonz, Graus, Barbastro, Monzón, etc.).
El futbol también unía mucho a los
pueblos, la sana rivalidad, las victorias épicas y el festejar el éxito o
aliviar la derrota con una borrachera conjunta. En La Puebla había dos equipos
de futbol, como una primera y segunda división, Manolé jugaba en el segundo.
5 - FALANGISTA CON 22 AÑOS
Con
22 años, en el verano de 1955, auspiciado por su abuelo materno José Suils,
participó en el Campamento Nacional de Raso de la Nava en Covaleda, Soria; una
especie de “mili” del Frente de Juventudes que formaba en camaradería a
promociones de escogidos jóvenes falangistas llegados de todos los rincones de
España. Durante su estancia les visitó el entonces Príncipe D. Juan Carlos de
Borbón y Borbón. Manolé, con excelentes calificaciones, fue graduado como Jefe de Centuria de las Falanges Juveniles
de Franco (FFJJ). Continuó su formación en Madrid para integrarse en la
estructura del Movimiento y ocupar cargos de Jefe local o Provincial. Sintió
que este no era su camino y volvió a casa.
Campamento Nacional de Raso de la Nava en Covaleda, Soria, donde Manuel Garuz Suils ‘’Manolé de Gul’’ fue graduado como Jefe de Centuria de las Falanges Juveniles de Franco (FFJJ), año 1955. |
6 - AL FRENTE DE CASA COLLADA, LA CASA
INDUSTRIAL
Trabajó
una temporada en las obras de la Presa
del Grado. Sufrió un accidente con una tabla, 11 puntos en la cabeza. Por
suerte cobró suficiente para comprarse la moto, una Ossa con portaequipajes, de
2 caballos y medio, le costó 25.000 pesetas. Durante la baja, decidió dejar
este trabajo y aceptar la propuesta de su abuelo materno, José Suils, para
ponerse al frente de Casa Collada.
Las
obras de la Central, la carretera de los túneles y luego la Presa del Grado
supusieron una importante fuente de riqueza para La Puebla de Castro. El “boom”
de gente fue extraordinario, se
superaron los 1.000 habitantes. Se acogían a familias de emigrantes por las
casas (Casa Jusepe, Casa Tereseta, Casa Collada, etc.), las calles bullían con
los nuevos vecinos y los bares, en especial el de Casa Collada, se abarrotaban.
Casa Collada era la casa industrial. En
la planta baja, una carnicería y un gran almacén. Este espacio fue utilizado durante
la Guerra Civil como sede del Centro Agrario; al entrar los Nacionales sirvió
de cárcel. En la primera planta, la cocina, los aseos, una amplia sala para
café-restaurante, luego una antesala y un gran salón para baile y cine con
salida a un desahogado balcón-galería con vistas a la Calle Mayor, a la Plaza y
a la Calle Valdés, balcón frecuentado por mozas y mozos que deseaban ver y ser
vistos; seguido de éste, un pequeño
balconcito abierto a la Calle Valdes, más recogido, el preferido de las parejas
de enamorados para sentarse. Por último, la falsa, dividida en 3 apartamentos
que se alquilaban. Tenían también tierras y ganado, con pastor propio.
La Voz de su Amo |
Amelia Garuz Suils |
Casa Collada era la gallina de los huevos de oro, con la llegada de Manolé alcanzó su apogeo. Hacían cajas de seis y siete mil pesetas cada domingo. Durante una época contó con la ayuda de su hermana Amelia; había terminado magisterio en Lérida y allí se vino a echar una mano. Amelia soñaba con irse a Suiza con su prima Alegría y su amiga Nieves del Molinero, y así hicieron las tres. Luego Amelia se casó con un italiano, Antonio Mainiero y echó raíces en Roma, ha sido empresaria de éxito, madre de dos hijos y abuela de 6 nietos, y, como ella dice, La Puebla de Castro siempre está en su corazón y en su pensamiento.
El
dinero entraba a espuertas. Manolé compró un Seat 600 por 53.000 pesetas y
luego su primer Land Rover por
183.000 pesetas. A éste le seguirían, a lo largo de su vida, 12 Land Rovers más.
Manuel Garuz Suils ‘’Manolé de Gul’’ cruzando el río Cinca en el Cajón de Puy Cinca. |
Decidió
traer el Cine a la Puebla ampliando
los servicios de ocio que prestaba Casa Collada y acercarlo a los pueblos
vecinos. Las cintas en blanco y negro le costaban 1.000 pesetas y las de color
5.000 pesetas (“La Violetera”, “Semiramis esclava y reina”, etc.). Le llegaban
con la Agencia de transportes Viñola. Las películas especiales tenía que irlas
a buscar “de propio” a Lérida o Barcelona. Él se encargaba de todo, en un
principio viajaba con la moto, había construido una estructura para llevar la
máquina, la película y el amplificador, todo cubierto de lona. Luego los viajes
los realizaba con el 600 y finalmente con el Land Rover. Cobraba 1 duro por
persona las de Blanco y Negro y 7 pesetas las de tecnicolor. Mientras terminaba
de preparar la cinta, dejaba una caja a la entrada donde, con el único control
de la conciencia individual, los asistentes iban tirando el dinero al pasar. El
itinerario semanal era el siguiente, Viernes: llegaba la nueva película con la
Agencia Viñola y devolvía la vieja; Sábado: 21 h. pase en Tolva; Domingo: tres
pases, el primero a las 15 h 30’ en Torres del Obispo (más de 100
espectadores), el segundo a las 19 h. en La Puebla de Castro, en el Salón de
Cine de Casa Collada (más de 300 espectadores), aquí solía contar con la colaboración
de varios mozos (Carmona, Manolé del Carpintero, Domingo), y el tercero a las
21 h. en El Grado (más de 200 espectadores); Lunes: 21 h. Secastilla; Martes:
21 h. Juseu; Miercoles: 21 h. Santaliestra; y Jueves: 21 h. Olvena.
Su
siguiente proeza fue traer la televisión
a La Puebla. Año 1960, apenas se habían repartido 50.000 televisores en
toda España, la mayoría en Madrid y Barcelona y Manolé, de nuevo pionero, se
empeñó en comprar una para Casa Collada. Con el apoyo de Mosén Antonio Olivera
Labazuy, que veía el beneficio para el pueblo de este proyecto, y la
colaboración técnica de Antonio Pascual Labarta de Casa el Cirujano, colocaron
una antena en la torre de la iglesia. El artilugio, clavado en el último piso
de la torre, lo componían 3 tubos empalmados de 6 metros cada uno, total 18
metros, y sobre éstos la antena. Cuatro vientos salían de cada tubo hacia las
casas vecinas para dar firmeza y estabilidad a la estructura. La altura total
del “aparatamen” tenía que superar, y así lo hacía, la Sierra de San Roque para
poder coger la onda y transmitirla al televisor. El éxito fue apoteósico. No
había ninguna otra televisión en la comarca, ni en Graus, ni en Benabarre, ni
siquiera en Barbastro. La gente llegaba de todos los pueblos reservando sitio. Aquí
se vio la boda de Fabiola, los triunfos futbolísticos del Real Madrid en Europa
y, con mucha aceptación, las corridas de toros. Al que se sentaba a ver la
televisión le cobraban la consumición a duro.
En
aquella época, Manolé crió una perra
extraordinaria, “La Yesmi”, un pastor alemán precioso, amigo
de los niños del pueblo, era como una madre bonachona, dejaba que se le subieran
encima, que se tumbaran sobre ella y los protegía, era el “Rin Tin Tin” de todos. Procedía de Abidjan (Costa de Marfil), la trajo Amelia, como regalo, para su hermano Manolé.
7 - MUERE SU MADRE Y SALE A CORRER MUNDO
En
el año 62, Manolé contaba 29 años, murió
su muy querida madre Felicidad, a los 49 años. Un durísimo golpe. Dos años después, su padre casado en
segundas nupcias con María Pérez Pérez, tuvo un hijo, José Garuz Perez (Pepe) y
luego una hija, Mariola. Es sabido que cuando los padres rehacen sus
vidas con una nueva pareja todo hijo pasa por un periodo de negación y rechazo,
aferrándose a lo vivido y
defendiendo al progenitor que considera no respetado. Manolé pasó
también por ello, se alejó de su padre, dio en alquiler Casa Collada (primero a
María y Paco de Torres del Obispo y luego a Josefina el Sastre y a su marido
Demetrio) y salió a correr mundo. Con el tiempo llegó a aceptar la decisión de
su padre y se reconciliaron. En María
Pérez ha encontrado siempre un apoyo incondicional, una mujer que se ha
entregado en cuerpo y alma por la familia y por engrandecer Casa Gul. De sus nuevos hermanos, Pepe y Mariola, habla
con mucho respeto, los quiere con locura, así como a sus respectivos cónyuges.
Pepe se casó con Mª Carmen natural de Campo y son padres de Jesús y José;
Mariola se casó en Campo con José Luis y son padres de Irene y Luis. Manolé
adora a sus sobrinos.
Matacía en Casa Gul. En la actualidad Casa Gul posee una empresa cárnica: "Embutidos Garuz". En la foto: María Pérez Pérez, Manuel Garuz Asín y el hijo José Garuz Pérez. |
Retomemos
el relato, Manolé había marchado a correr mundo. Trabajó en las Autopistas de Barcelona, realizando transportes
con su Land Rover, luego prestó los mismos servicios llevando a personal y
artistas en el rodaje de la película “La caída del Imperio Romano”.
8 - FUNDA SU PROPIA FAMILIA
Durante
la época del petróleo y haciendo gala de su don de gentes, los organizadores de
las Fiestas de Graus solicitaron a
Manolé que llevara en su Land Rover descapotable a la Reina y Damas de Honor de
las Fiestas. Resultó espectacular pasearlas por las calles, la plaza de toros,
volverlas a casa. Aquel año fue Reina de
las Fiestas María Jesús Celaya
Moliner y sucedió lo inevitable, supieron en seguida que estaban destinados el uno para el otro.
Fue algo electrizante, sentían como una conexión profunda que les unía. Este
mutuo reconocimiento se reflejaba en las notas de amor que se intercambiaban: “Cuanto no te conocía te presentía… pienso
en ti y te siento noche y día…”
María Jesús Celaya Moliner era la
mayor de 3 hermanos, Mª Jesús, José Vicente y Mª Teresa, hijos de María Teresa
Moliner Guillen de Casa el Aguacil de La Puebla de Castro y de Vicente Celaya
Monviola de Graus. María Teresa Moliner era hermana de José Moliner (José del
Aguacil), hijos ambos de Tomas Moliner Prat y María Teresa Guillen Ferrer.
Vicente Celaya Monviola era hijo de Vicente
y de María Monviola natural de Salas Bajas.
Fiesta Mayor de Graus del año 1965. En el balcón, de izquierda a derecha, María Jesús Celaya Moliner, Reina de las Fiestas, a su lado, Rosita Guerri. |
María
Jesús nació en Graus pero pronto emigró con sus padres a Perpiñán, Francia.
Allí sacó la carrera de maestra. En España ejerció como profesora de francés.
Era una mujer bellísima, de porte
distinguido, inteligente, familiar. Cortejaron
apasionadamente durante cuatro años. Manolé se desplazaba todas las semanas
a verla a Francia. Tan pronto María Jesús cumplió los 18 años se casaron, él era
15 años mayor. Establecieron su residencia en Graus. Fruto del amor nacieron tres hijos, Sonia, Juan Manuel y Daniel.
La familia se encontraba en un momento dulce, los dos se querían con locura, tenían buen trabajo, integrados y apreciados por la comunidad, sacando adelante tres hijos sanos, preciosos y… se presentó una cruel e injusta enfermedad a romperlo todo. María Jesús tuvo que abandonar este mundo, tenía 32 años cuando murió. Manolé volvió a experimentar en su piel aquel desamparo cuando niño esperaba a su madre Felicidad que no llegaba a casa porque había sido detenida y encarcelada en Barbastro, pero mayor, ahora su desespero no tenía fondo, sabía que María Jesús no iba a regresar. ¿Cómo se recupera el marido, los hijos y los padres de algo así? La rebeldía sin límite, la depresión profunda, el miedo a una nueva pérdida, el agarrarse a cualquier consuelo, son las reacciones habituales. La fuerza espiritual de Manolé, sus creencias en la continuidad de la vida más allá de la muerte, le dieron fortaleza. Los suegros y la hermana Amelia le ayudaron con los niños. Sonia, la hija mayor, con tan solo 13 años, apartó como pudo la confusión y el dolor y respondió con la sensatez y responsabilidad de un adulto. Y Manolé trabajó y trabajó para intentar darles lo mejor a sus hijos. Compró 30 fincas en La Puebla, todos los huertos de Cananillo hasta el Puente el Pino, llegó a tener 2 granjas de pollos, 160 ovejas, 160 cerdos, dos tractores, una cuba de purín, cortaba y vendía leña, no paraba de hacer jornales. He visto llorar de orgullo a Manolé hablándome de sus 3 hijos, las parejas de éstos y las dos nietas. Sonia está casada con Joaquin y tienen una hija, María, viven en Graus. José Manuel está casado con Peggi y viven en Sabiñanigo. Y Daniel, el militar, está casado con Albada y tienen una hija, Azahar.
Manolé reza todos los días por los que están aquí y por los que se fueron, pide por el bien de la familia, las casas, los huertos, el planeta entero. Le duelen las 92 casas que están cerradas en La Puebla. De cuando en cuando se da una vuelta por el cementerio con un par de docenas de claveles y deja uno en cada tumba de familiares, amigos, e incluso de aquellos del pueblo a los que nadie de su familia pasa a recordar, como él dice: “Me cuesta poco quedar bien con todos”.
Orgulloso de su identidad, de su pueblo, de
sus familias de origen (Casa Gul, Casa Collada y Casa del Zapatero), de la
familia que él creó; el hombre de los Land Rovers (ha tenido 13), aventurero,
flamenco, amante de la vida, hombre espiritual, soñador, conquistador de corazones,
Manolé de Gul es, sin más calificativos,
un tipo extraordinario.