MÁS ALLÁ DEL EFECTO MOZART. LA MÚSICA, DEPORTE DEL CORAZÓN
Autor de la reseña literaria: Pedro Bardají Suárez
La música da alma al universo,
alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza y vida y
alegría a todas las cosas (Platón)
Referencia del libro:
Más allá del efecto Mozart. La música, deporte del corazón.
Autor: Antonio Torres Rausa
194 páginas
Impresión: Imprenta La Guillotina
Depósito Legal: Z446-2017
Antonio Torres Rausa nació
en La Puebla de Castro (Huesca). Estudió filosofía y teología en el Seminario
de Barbastro. Licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona y en
Derecho por la UNED. En la actualidad ejerce de organista auxiliar de las
catedrales de La Seo y de El Pilar de Zaragoza y es profesor externo de la
UNEZ.
El libro que aquí comentamos es el resultado de los años de formación e investigación y de la dilatada experiencia de Antonio Torres Rausa como organista y docente. Contiene profundas reflexiones e interesantes y prácticos ejercicios de musicoterapia. Es, en definitiva, una obra intelectualmente estimulante.
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Antonio Torres Rausa tocando el órgano de la catedral del Salvador de Zaragoza (la Seo de Zaragoza). Autora de la foto: Ana Isabel Serrano Osanz. |
Les presento algunos extractos del texto:
“Si la vida es una competición,
desde la evolución de las especies a nuestra vida en sociedad, la música es
maestra en competición pero con el añadido de <<concertante>>. La
palabra concierto viene de <<concertare>>, que, concretamente en el
concierto barroco, significa rivalizar, competir. Lo fundamental del concierto
barroco tardío es el diálogo, la competición de diferentes grupos sonoros. Y el
armazón final, que todo lo unifica, es el <<Tutti>>, en el que
todos los músicos, incluidos los solistas, tocan lo mismo. Se ha llegado a la
unidad. ¡Qué maravilloso ejemplo! Los seres humanos y sus sociedades deberían avanzar
para encontrarse en ese modelo de armonía. Porque el ser humano solo alcanza su
realización cuando se relaciona con el conjunto, aportando y sin perder su
personalidad.”
“La música puede ser utilizada como terapia por los efectos que produce a distintos niveles. A nivel fisiológico modifica la
respiración, el pulso, las ondas cerebrales, la secreción de hormonas... A nivel emocional modifica el estado de
ánimo y ayuda a la expresión emocional (la música es por naturaleza el lenguaje
de los sentimientos y de las emociones). A nivel
cognitivo estimula la creatividad, evoca recuerdos, ayuda en el
aprendizaje… A nivel social, actúa
como agente socializador cohesionando al grupo hacia una actividad y
sentimiento común. A nivel espiritual
la música ha acompañado desde tiempos inmemoriales a las ceremonias religiosas
y ha querido expresar lo misterioso y trascendente del ser humano y la
creación; puede dar paz, serenidad, armonía y sentimiento de unidad con el Todo,
nos ayuda a conectarnos con Dios.”
“La música contiene muchos de
los elementos que el hombre necesita para realizar el viaje de la vida. Pero, cuidado, no toda la música vale lo mismo.
Hay música que sana y hay música que destruye, como las trompetas
de Josué que destruyeron las murallas de Jericó.”
La música como medicina
complementaria y alternativa. Antonio Torres nos presenta diversas terapias basadas en la música, el sonido y
la vibración, de distintas culturas y continentes. Dedica varios capítulos
al repaso histórico de escuelas,
filosofías y tradiciones, desde la música ancestral de Egipto, Grecia y los
pitagóricos, pasando por Israel, India, Tíbet, China, Japón, África, hasta
llegar a la música religiosa, la música barroca, la música romántica, y también
la música afroamericana (el jazz, el blus, el soul, el góspel, el hip hop, el
rap), y el rock, el heavy metal, el punk y las músicas de la nueva era. Sin olvidar
importantes referencias a la danzaterapia.
Al hablar de los efectos de la voz,
en unos casos estresantes y en otros aliviadores y reparadores, dice:
“La voz humana es nuestro
instrumento más poderoso para transformar el dolor y sufrimiento en un bienestar
radiante.” “…al hablar, relajamos la mandíbula y la garganta descargando mucha
tensión tanto física como emocional. Por eso es tan importante la conversación.”
“…En los últimos años se ha podido demostrar también el valor medicinal del
sonido-vibración, en la forma de canturreo,
a modo de relajación y masaje del corazón.”
Antonio Torres Rausa tocando el órgano de la Iglesia parroquial de Santa Bárbara de La Puebla de Castro. Autor de la foto: Pedro Bardají Suárez. |
Antonio Torres sugiere dietas
sónicas para distintas dolencias y enfermedades (por ejemplo para las demencias y el alzhéimer), así como para diferentes actividades, horas del día, y edades
(por ejemplo “el método Orff para niños” y “la terapia de tambores para ancianos”).
Pero subraya que “cada persona ha de encontrar el sonido que le conviene, no se puede
afirmar que haya sonidos para trastornos específicos ni que el mismo sonido de
los mismos resultados a todo el mundo”.
Para elevar el ánimo propone
sintonizar con una música cercana al estado de ánimo, embarcarse y dejase
llevar por ella, primero lentamente y luego al trote, esto “cambia sutilmente las ondas cerebrales, el ritmo cardiaco, la
respiración y el tono emocional”.
Dedica una especial atención a las investigaciones del eminente doctor
Alfred Tomatís y a las evidencias terapéuticas
de la música de Mozart y del Gregoriano.
Sobre Mozart dice: “Mozart supo conferir a su música unas
dimensiones como nadie. Su música es enormemente enigmática y expresa, las más
de las veces, enormes conflictos internos. Resulta tan perfecta porque contiene
toda la amplitud de la vida. Por eso el efecto que produce en el oyente es
también natural y espontáneo. Es, por tanto, un compositor muy recomendable en
musicoterapia”.
Antonio Torres Rausa tocando el órgano de la Iglesia parroquial de Santa Bárbara de La Puebla de Castro junto a la soprano solista Ana Isabel Serrano Osanz. Autor de la foto: Pedro Bardají Suárez. |
Sobre el Gregoriano reproduciré
tres párrafos del libro:
“Fue a partir del siglo VII cuando
la música religiosa cristiana empezó a denominarse Gregoriano en honor del Papa San Gregorio (+604). El Gregoriano se
desarrolló en el contexto histórico de la Edad Media, como una respuesta a una
época de sensualidad, crueldad y falta de control emocional. El Gregoriano
intentó, y lo sigue haciendo desde entonces, sanar la brutalidad del hombre.”
“Las horas del día, sobre todo
dentro de los monasterios, tenían una correlación emocional que se vivía a
través del Gregoriano: Maitines
(antes del amanecer); Laudes (al
amanecer) alabando y dando gracias a Dios por la alegría del despertar a un
nuevo día; Prima (a las 6 de la
mañana); Tercia (a las 3 horas del
amanecer, es decir, a las 9 de la mañana); Sexta
(a las 6 horas del amanecer, es decir, a las 12 de la mañana); Nona (a las 9 horas del amanecer, es
decir, a las 3 de la tarde); Vísperas
(avanzada la tarde, tras la puesta de Sol); Completas (significa conclusión y se cantan antes de
acostarse).Toda la jornada tenía un ritmo emocional-musical muy adecuado a las
horas, desde la alegría del despertar hasta la paz de Completas inmediatamente antes de acostarse. ¿Qué mejor ayuda
terapéutica que cantar Completas para tener un sueño profundo y restaurador? El
himno de Completas <<Te lucis ante términun>> tanto musicalmente
como por su contenido, es un paradigma de paz y buenos sentimientos para el
descanso del día, símbolo del descanso final.”
“A partir del Concilio Vaticano
2º el latín fue sustituido en la liturgia católica por las lenguas vernáculas
y, por tanto, también el Gregoriano, cuya viabilidad musical estaba ligada a
aquél. En este contexto, el abad de un monasterio de Francia, alarmado por la
extraña enfermedad que contrajeron la mayor parte de los monjes, acudió al Dr. Alfred Tomatís, el cual después de
llegar a la abadía y encontrarse con setenta de los noventa monjes <<tumbados
en sus celdas como trapos mojados>>, da un diagnóstico: la causa no era
fisiológica sino audiológica. Concretamente, por haber abandonado el gregoriano
con sus gloriosos <<ooo>> y los serenos <<iii>> del
<<Gloria Patri et filio et spiritui Sancto>>. Al cabo de un tiempo,
en efecto, tras volver a la dieta sónica
del canto Gregoriano los monjes sanan, cosa no lograda con el cambio de dieta
alimenticia ni aumentando el número de horas de sueño. La consecuencia de ello fue
la enorme difusión, a nivel mundial, que adquirió el gregoriano por su poder
sanador. En España los monjes del monasterio de Santo Domingo de Silos vendieron,
en poco tiempo, millones de copias de su disco de Gregoriano.”
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Antonio Torres Rausa en la cónsola del órgano mayor de la catedral basílica del Pilar de Zaragoza. |
El libro está sembrado de reflexiones
personales con las que Antonio
Torres nos invita a trascender todo lo que pensamos, sentimos, decimos y
hacemos, para conectarnos con algo más grande de lo que formamos parte. Dice, por
ejemplo:
“La música, al igual que una
vida en la sinfonía del cosmos, nace en el silencio, se desarrolla con
silencios y muere en un silencio final, que deja espacio para la resonancia en
el recuerdo de la memoria”.
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Coro "Puerta Cinegia" de Zaragoza, de la Asociación de Empresarios de la Empresa Familiar de Aragón. En el centro, detrás del teclado, Antonio Torres Rausa, Director del Coro. |
“En la vejez, con la jubilación, debemos integrar los achaques,
aprender a convivir con ellos y abrirnos a una nueva humanización. Hacer las
cosas por el puro placer de hacerlas. Es la ocasión para realizar actividades
culturales y artísticas, asistir a cursos de la Universidad de la Experiencia,
cantar en un coro, aprender a tocar un instrumento, aprender bailes de salón o
bailes regionales como las sevillanas que tienen la ventaja de la elegancia de
unir a grupos y que son bastante asimilables por las personas mayores. En estas
actividades nos relacionaremos con otras personas y mantendremos el cerebro
ocupado, evitando el aislamiento y la soledad que tanto daño causan.”
“El ser humano tiene la capacidad
de abrirse a su propia esencia y poner su Yo en conexión vibratoria con el Todo.”
Recomiendo
el libro de este ilustre pueblense para
todos los amantes de la música, de la filosofía, de la historia, de la espiritualidad,
de la musicoterapia. Combina el rigor
científico con la amena divulgación, sazonado el texto de estimulantes reflexiones
y prácticos ejercicios de terapia musical. No les defraudará.
En el siguiente audiovisual podrán disfrutar la interpretación que D. Antonio Torres Rausa realizó de la Tocata y fuga en re menor BWV 565 de Johann Sebastian Bach (1685-1750), en el órgano de la Iglesia Parroquial de San Juan el Real de Calatayud (Zaragoza):
En el audiovisual se ha utilizado una foto de Antonio Ceruelo y otra de Victor Manuel Mamblo.
En el siguiente audiovisual podrán disfrutar la interpretación que D. Antonio Torres Rausa realizó de la Tocata y fuga en re menor BWV 565 de Johann Sebastian Bach (1685-1750), en el órgano de la Iglesia Parroquial de San Juan el Real de Calatayud (Zaragoza):
En el audiovisual se ha utilizado una foto de Antonio Ceruelo y otra de Victor Manuel Mamblo.
En el siguiente audiovisual podrán disfrutar la interpretación que D. Antonio Torres Rausa realizó del Preludio en sol menor BuxWv 163 de Dietrich Buxtehude (1637-1707), en el órgano histórico de la iglesia de Santa María de Tauste (Zaragoza):
En el audiovisual se han utilizado fotos de www.zaragozaprovincia360.es