Mariano Serena Garuz "Borbón" |
Leído durante el funeral del Mariano Serena Garuz en la Iglesia Parroquial de La Puebla de Castro el día 29 de Noviembre de 2012
Autor: Familia de Ana Bestué (nuera de Mariano Serena Garuz)
Autor: Familia de Ana Bestué (nuera de Mariano Serena Garuz)
Mariano
Serena, el señor Mariano de Casa Borbón
acaba de realizar su último viaje a
esta casa (la iglesia) que seguramente, tras la suya, es la que más ha visitado
y querido. Ningún otro vecino de La Puebla de Castro se ha acercado tantas
veces y durante tantos años a este lugar desde el que Mariano ha despedido a todos los pueblenses que han muerto en los
últimos sesenta años. Cuando cualquiera de los aquí presentes, vecino o
procedente de este lugar, habéis acompañado en el adiós definitivo a un ser
querido, siempre habéis encontrado la presencia, la compañía y el aliento
reconfortante de Mariano, sacristán e
hijo de sacristán que hacía hablar a
las campanas con tañidos de alegría o de dolor, porque en esos toques no sólo
estaba la destreza o fuerza de sus manos sino su sentimiento y corazón.
Su
altruismo y generosidad se han
manifestado no sólo en su fe y las creencias religiosas sino en el conjunto de
toda su vida, en la que los múltiples y
modestos oficios que desempeñó -alguacil,
pregonero, bombero, sacristán o enterrador-
siempre sobresalió ese afán de servicio a los demás, porque toda su actividad
ha estado en función de los vecinos, incluida la profesional como cartero, encargado de hacer llegar a
las vecinas o vecinos de La Puebla las buenas y malas noticias, sin que faltara
nunca el gesto y la palabra afable y hasta cómplice con el destinatario. Un
conocimiento de las personas y la vida de los pueblenses que alcanzaba a su historia y tradiciones que siempre trabajó
por conservar y recuperar.
Su
vocación humana y su carácter bondadoso le llevó a abrir un bar en su casa, la tasca de Borbón, donde la dimensión
comercial del establecimiento estaba supeditada a su función de encuentro y
convivencia vecinal. Además en este caso, los asistentes gozaban también de la
calidad gastronómica y humana de su
mujer, María, la esposa virtuosa de la que habla la Biblia, con la que ha recorrido
prácticamente toda su vida. Una vida de sacrificios y afectos, marcada sobre
todo por la llegada de su hijo Mariano
quien ha heredado las virtudes de los dos, también acompañado su gran mujer Ana.
Durante
estos dos últimos años que han vivido en
Graus, Mariano ha sido el padre y el
abuelo de todos, y toda mi familia hemos podido apreciar de cerca las
cualidades humanas de este matrimonio. En
este momento triste del adiós a una persona buena y piadosa, como el señor
Mariano y en unos tiempos en que los valores humanos y éticos cotizan a la
baja, resulta reconfortante encontrarse con personas de esta calidad que han
sabido corresponder a esa inmaterial y rica herencia y que además la trasladan
a sus nietos Alejandro y María.
Gracias Mariano de
toda nuestra familia.